lunes, noviembre 22, 2010

me duelen los pasos

los infinitos jardines
de nuestra ciudad
marcados algunas veces por piedras
menhires y dolmenes

esa mañana me quede alli, parado
sin techo en la acera
el pie derecho recien se adelanta
el izquierdo le sigue
sin quejarse
tratando de entender
ese rio de basalto
coronado por aquella luna de
colores primarios
veia con los ojos de la piedra
sosteniendo el cielo
cargado de llovisna
fatalmente
detenido
en paralelo
como un
mehir
sin rito
ni sombra

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