1987
era la sumatoria de todos los dias de verano de ese año cuando
el reloj se detenia frente a sus ojos glaucos
plasmados como un retrato digital
frente al televisor
ella solo cambiaba
los nombres de los noticieros
como cada verano
cargado de aguaceros
y largas horas
mudo
frente a la ventana
de la alcoba
soñando
solo soñando
a mano alzada
como un dibujo
de magritte
de sombreros
y coplas
vencidas
sobre las botellas
colgadas de la mesa...
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